1 rollo de masa quebrada 1 litro de leche
2 cucharadas de harina
Aceite de oliva
300 gr. de Queso emmental
6 lonchas de bacon
4-5 huevos
Comenzamos haciendo una bechamel. Poner un cazo al fuego con un chorro de aceite de oliva, cuando esté caliente, echar 2 cucharadas soperas de harina y remover durante 5 minutos. Apartar del fuego y echar un poco de leche, removiendo con unas varillas sin parar (es importante que en este momento no salgan grumos para que nos salga la bechamel fina), volver a poner al fuego e ir echando leche poco a poco y removiendo sin parar (llevará alrededor de 30 minutos). Reservar hasta que temple un poco.
Cortar el bacon en tiras, sofreir y reservar. Cortar el queso en tiras finas o rallar con la parte gorda del rallador. Echar todo en la bechamel y remover. Añadir también los huevos batidos. Probar de sal, porque el bacon y el queso ya tienen la suya; si es necesario, rectificar.
Forrar un molde redondo (puede ser una sartén sin mango) con la masa quebrada, pichar con un tenedor y cubrir bien con papel albal. Meter durante 10 minutos en el horno precalentado a 180º.
Sacar la masa del horno del horno, quitar el papel albal y verter sobre ella la mezcla de bechamel, queso, bacon y huevos . Hornear durante 30 minutos a 200 º (puede ser necesario cubrir con papel albal para que no se queme la superficie). Antes de sacar del horno, pinchar con una aguja o cuchillo y comprobar que está bien cuajado.
Nota: Si queréis hacer la masa quebrada o pasta brisa vosotros, la proporción es: 200 gramos de harina floja o de repostería, 100 gramos de mantequilla, 1 huevo, 1 pizca de de sal y una pizca de azúcar.